Tenía una molotov y participó de la marcha del 22 de agosto, día del alegato de Luciani y primera antes del atentado. Arrojó el cóctel, tomó a un policía del cuello y estuvo al lado de dos integrantes de Revolución Federal. Pero él negó vínculos con la organización ultraviolenta y la justicia consideró que no cometió delito porque el «artilugio» carecía de capacidad destructiva. Además, declara «Dali Revolución».