Eran emplados de ADIFSE, la empresa más chica de Trenes Argentinos, con 600 trabajadores, la mayoría profesionales especializados en infraestructura ferroviaria. No los dejaron entrar al edificio y les dijeron que esperarán el telegrama de despido. «Esta es toda gente que hace funcionar al tren. Es muy grave», dijeron desde el gremio.