El Gobierno ofreció a los bloques colaboracionistas una «sesión secreta» para evitar su rechazo. El peronismo y el radicalismo –sumergido en una feroz interna– rechazaron la propuesta y lograron que el debate no se postergue nuevamente. Los opositores confían en que tendrán los votos necesarios para que el Congreso rechace por primera vez un DNU presidencial.